Eleagnus: tipos, características, tamaño, variedades, colores…

Eleagnus

Estuvo allí, fornido, esplendoroso; para ser arbusto, gigante. Acompañó mi niñez y adolescencia. Sabía todos mis secretos de travesuras. ¿Cuántas veces me habré escondido de los regaños de la abuela entre sus hojas?

Papá siempre decía que era una bendición tenerlo. Me contaba las razones por las cuales lo había sembrado como si hablara de su mejor cosecha. A su lado crecieron enormes árboles de ciruela y almendra, pero yo lo prefería a él.

Extrañé muchísimo al eleagnus cuando salí de casa para estudiar. Hoy, regreso a mi hogar siendo bióloga. No hago más que pensar en llenar el jardín de sus especies. 

¿Las razones? Podría listarlas, pero de nada te servirían si no conoces a este milenario linaje de árboles pequeños y arbustos. ¿Te animas?

El eleagnus, ¿sabías de su existencia?

Los eleagnus son un género de plantas con flores pertenecientes a la familia de las Elaeagnaceae. Tienen un registro de alrededor de 215 especies. De ellas, solo son aceptadas 98. 

En su mayoría son endémicas de las zonas templadas y subtropicales de Asia. Otras tienen su origen repartido en áreas de Australia, Norteamérica y el sureste de Europa. 

Su nombre es una palabra compuesta que quiere decir “parecido al olivo”. Este calificativo se debe, justamente, a su semejanza con el árbol de la zona costera siria. 

¿Cómo identificarlos? 

Sus variedades de arbustos caducifolios o perennifolios son realmente peculiares. Alcanzan un máximo de cuatros metros. Reconocerlos te resultará un tanto fácil debido a las características de sus decorativas hojas coriáceas: 

  • Crecen en forma alterna y lanceoladas 
  • Los bordes son ondulados
  • La forma se asemeja a la de una elipse
  • Suelen estar cubiertas de diminutas escamas
  • Algunas poseen un color plateado a marrón, dando a las plantas una apariencia blancuzca a marrón grisácea desde lejos
  • Otras lucen un verde oscuro o con tonalidad gris
  • En su mayoría, tienen manchas amarillas en el haz y plateadas en el envés

Por otro lado, los pequeños árboles de esta especie llegan a medir hasta cinco metros de altura. Se caracterizan por una corteza de color marrón claro y tersa. En ocasiones, adopta hábitos de planta semi-trepadora cuando se siembra bajo otros árboles. Desarrolla largas ramas que crecen hasta la copa de sus homólogos cercanos.

Los eleagnus florecen en otoño. Es en esta temporada que muestran unas pequeñas flores con un cáliz de cuatro lóbulos y sin pétalos, a menudo fragantes. Producen unos frutos rojos que pueden resultar decorativos

Eleagnus: una familia resistente

Por mucho tiempo, mi especie de eleagnus estuvo en una maceta. Pero el portal de la casa estaba desprovisto. Así fue como llegó al lugar de mi escondite. 

No pasó mucho antes de que mostrara progresos en su desarrollo. Apenas le echábamos agua. Terminó por cubrir todo el frente de un color verde oscuro y vigoroso, más tenue en algunas temporadas.

Precisamente, estas especies pueden crecer en cualquier tipo de suelo y de forma rápida. Sobre todo, proliferan en aquellos lugares soleados y bien drenados. 

Realizan la fijación del nitrógeno a través de las raíces, lo que les permite sobrevivir en terrenos muy pobres. Aguantan los periodos de sequías. Subsisten durante el frío y las heladas no demasiado intensas.

Si vives cerca del mar podrás disfrutar de sus cualidades. Son apropiadas para lugares costeros. Resisten el ambiente salino y los embates del viento, sin que les cause ningún problema.

5 ejemplares que deberás recordar

Eleagnus

El reino de las plantas es inmenso. Tal diversidad hace que dentro de una misma familia existan muchísimas especies. Entre ellas se asemejan y distinguen a la vez. 

Esta regla también se aplica a la familia de los eleagnus. ¿Te gustaría conocer algunos de sus descendientes? Aquí te dejamos tan solo 5 ejemplares que vas a adorar conocer. 

Eleagnus angustifolia

Es un árbol pequeño de hoja caduca. Su popularidad proviene del color plateado de su follaje. Se le conoce como el “olivo ruso”, “olivo de Bohemia” o “árbol del paraíso”. Este último calificativo se debe a que aparece citado en la Biblia.

Sus flores huelen a miel y proporcionan néctar a las abejas. Dan paso a frutos parecidos a las olivas, rojizos al madurar y de dulce sabor. Son comestibles y sirven de alimento a los pájaros.

A la vez, las frutas son consumidas en platos de repostería, gracias a su sabor parecido a la nuez

Eleagnus ebbingei

Son arbustos perennifolios de crecimiento rápido. No suelen presentar problemas con las plagas ni enfermedades del resto de las plantas en los jardines. 

Provienen del cruzamiento de dos especies: Elaeagnus macrophylla y Elaeagnus pungens. Se multiplican a partir de esquejes realizados en verano o inicios del otoño. Como curiosidad: tienen propiedades anticancerígenas y astringentes.

Elaeagnus pungens

El nombre común es Eleagno. Crece en forma de arbusto perennifolio. Posee un follaje muy llamativo y brillante. En dependencia de la variedad, se definen sus hojas, por ejemplo: 

  • Aurea: tiene los bordes amarillos en las hojas
  • Maculata: es amarillo el centro de la hoja y el resto es verde 
  • Variegata: contiene tanto bordes como centro de la hoja amarillos.

Otra curiosidad: apenas se avisten ramas verdes en la eleagnus pungens variegata, deben ser podadas. ¿Cuál es la razón? Esto se debe a que, con el tiempo, la planta podría perder su colorido peculiar y ponerse verde por completo. 

Además, su multiplicación ocurre por semillas que germinan al segundo año. En caso de querer una variedad en concreto habría que hacer un injerto. 

Elaeagnus commutata

Se le conoce como baya plateada americana. Una de sus características principales es que se vale de antófilos para polinizar sus flores. Ellas están dotadas de unidades reproductivas hermafroditas.

Son altamente empleadas en la medicina natural, pues contienen grandes propiedades anticancerígenas y antituberculosas.

Elaeagnus glabra

Provienen del Asia del Este, específicamente de China y Japón. Son usados en entornos arbolados por su textura copiosa, con una intención puramente estética o para aportar algo de intimidad.

Un aspecto interesante a comentar es que soportan bien la sequía. Sin embargo, mueren cuando ocurren encharcamientos, debido a que no toleran suelos que no drenen bien. 

Como muchas de las especies de su familia, se aprovechan en tratamientos contra el cáncer y otras afecciones. 

Los eleagnus: una ornamenta utilitaria

Eleagnus

Mi tipo de arbusto milenario era lo más vistoso y galante que tenía la entrada a mi casa. Verdad, ya lo he dicho. Pero es que el principal uso de las especies de eleagnus es engalanar los espacios donde habitan. 

No es casualidad verlas formando setos. ¿Cómo? Se trata de grupos de plantas dispuestas una detrás de otra en arriates. Así, cubren muros bajos. La mayoría de los ejemplares de la familia se puede lucir desde macetas. 

Tal valor ornamental las hace populares. Así como su empleo en otras áreas de forma intencionada:  

  • Son ideales para jardines extravagantes pues crecen con facilidad, resisten las podas y los recortes, y aportan colores llamativos 
  • En zonas costeras se emplean como barreras cortavientos por su tolerancia a la contaminación y fuertes ventoleras
  • En huertos se utilizan para controlar algunas plagas.

Los frutos del eleagnus, su valor nutricional

Las frutillas de estas especies por lo general lucen un color plateado. Al madurar obtienen un color rojizo intenso y su sabor se siente agradable. Lo que seguro no te imaginabas es que son una poderosa fuente nutricional.

Cada una de las frutas contiene un hueso. En su interior, esconden una semilla también comestible, de sabor suave y rica en proteínas y grasas. Se pueden comer crudas o cocidas.

Es importante aclarar que no todos los ejemplares tienen semillas y frutos comestibles. En muchos casos son demasiadas pequeñas y complicadas para aprovecharlas.  

Como beneficios también se obtienen vitaminas (en especial A, C y E), minerales y flavonoides.

¿Cómo ayuda a otras plantas?

Durante su proceso biológico de crecimiento, los eleagnus ayudan a otras plantas a desarrollarse y adquirir sus nutrientes de forma más rápida. ¿Cómo lo hacen? A continuación de contamos: 

  1. Las plantas tienden a beneficiarse mutuamente en su desarrollo con algunas bacterias desarrolladas en el suelo 
  2. Estas bacterias crean nódulos en las raíces y se fijan gracias al nitrógeno de la atmósfera
  3. Los eleagnus aprovechan esta cualidad al máximo y permiten que las especies sembradas a su alrededor también lo hagan
  4. Se comportan como excelentes compañeras y favorecen el crecimiento de quienes se encuentran en sus alrededores, permitiéndoles el acceso a más nitrógeno
  5. En el caso de los árboles de ciruela y frutos secos, por ejemplo, pueden aumentar hasta un 10 por ciento el rendimiento si están cerca de los eleagnus

Estas razones las incluyen entre la lista de plantas fijadoras de nitrógeno. Su labor no solo se remite a esta tarea. Contribuyen también a enriquecer los suelos. De ahí a que sean manejados en los trabajos de reforestación con frecuencia. 

Muchas personas piensan que cortarlas y tirarlas sobre la tierra harán evidente la función anterior. Pero científicos han probado que este método no es efectivo. Lo correcto es plantarlos y dejar que actúen de forma natural.